Eduardo Salas A. (1997)
Estos días nos sugieren
el creer en uno mismo, en quién más,
en sus fuerzas, sus violencias, en su instinto
para ver cómo es posible
el tener un poco más,
el guardar un tanto así,
el ser alguien de apariencia importante.
Estos días nos inspiran
ser fecundos en crear la salvación,
que sostengan nuestros días y miserias,
para ver cómo transitan
por un poco de ilusión
los que fueron convocados
a mirar este banquete exclusivo.
Preferimos verte a ti, María, otra vez,
y alojarnos nuevamente en tus entrañas,
sentir que la vida fluye por las venas, sin temor,
y aceptar que nos envíes
a tu pueblo, para amar,
para servir, para confiar.
Estos días nos presentan
claridades de un único universo,
pequeño para tantos adelantos,
aldea para un rey, un único poder,
una excusa trascendente
para mantener las tantas diferencias.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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