Eduardo Salas
Cuántas veces hemos mirado al sol cada mañana!,
cuántas veces hemos creído ver el amanecer!,
cuántas veces hemos alumbrado la aurora!
Hemos pensado que vivíamos el mañana feliz.
Hoy vivimos una situación distinta,
como muchas veces, como siempre;
nos ilumina el sueño de un mejor mañana,
pero no podemos sentirlo.
Acaso no será un tiempo que necesita su tiempo
para demostrarnos que es válido?
Acaso no hemos querido emprender
con nu87estros hermanos de continente
ésta aventura neoliberal?
País de contradicciones, de sueños postergados,
de ansias permanentes, quizá mañana sea el día feliz.
Buenos días hermano sol,
ya ves, otra vez lo mismo,
aún nada ha cambiado,
todo sigue como ayer.
No te canses por favor,
espera un poco más,
ya la semilla ha nacido
y está germinando.
La esperanza aún no muere,
todos abren ya sus puertas,
y cobijan libertad
en pampas, punas y playas.
El grito está llamando,
es más fuerte esta vez,
los pueblos ya despiertan,
ya se acerca el momento.
QUIZAS PARA MAÑANA,
QUIZÁS PARA MAÑANA
CUANDO SALGAS, QUIZÁS, QUIZÁS,
YA ESTÉN, YA ESTÉN.
El obrero en la fábrica
trabajando su futuro,
el campesino cosechando
el fruto de nueva tierra,
quizás, quizás, quizás.
El minero explotando,
minas de liberación,
el pescador navegando,
dueño de su destino,
quizás, quizás, quizás.
sábado, 13 de septiembre de 2008
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