Eduardo Salas A.
A menudo están mis manos,
muy cansadas, agotadas,
de tanto entregar, de tanto amar,
de tanto apoyar, de tanto luchar,
y sin poder sentir nuestra libertad.
A menudo está mi voz, gastada y quebrada
de tanto gritar por la libertad,
de tanto clamar justicia y calor,
y sin poder vivir nuestra fraternidad.
PERO SIEMPRE ESTAS JUNTO A MÍ
SIN CANSARTE, SIN ABANDONARME
SIN DEJARME SOLO, AUN EN MIS SILENCIOS
ESPERANDO MIS INTENTOS PARA NO FRACASAR.
PERO SIEMPRE ESTAS DENTRO DE MÍ
COMO VOZ QUE ABRASA Y DA CALOR
CON PALABRAS, CON SILENCIOS, CON PACIENCIA, CON AMOR,
ME ESPERAS Y ME ARRULLAS, ME CONDUCES HACIA TI.
A menudo siento ausentes, cómo faltan los silencios
cómo sobran los consejos y las buenas intenciones
A menudo siento frío, cómo falta la alborada,
cómo en medio de susurros ni tu voz puedo escuchar.
A menudo hemos llegado al inicio de la marcha,
unos pasos aislados por caminos disparejos,
la miseria sigue viva, y los indolentes crecen
no hay caminos, no hay salidas, todo empieza otra vez.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Lo mejor... siempre viene de Siembra, porque viene con amor para el Señor...
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